viernes, febrero 18, 2011

Mi experiencia con las pequeñas personitas


Los niños, las niñas...me inspiran y me llevan a ese lugar único lleno de vitalidad: de ideas espontáneas genuinas impulsándome de un zuácate hacia mi propia niña del alma. Esa que vive aún conmigo en un lugar privilegiado, cuando me conecto con  niñ@s, mi parte adulta se limita a observar con gozo y me dispongo a dejarme llevar por esos surcos propios de la infancia de pureza limpia y sana, compartiéndo su mundo del  juego alegre al que sólo te dejan entrar y te llevan cuando te ganas su confianza. Si quieres entrar, un consejo: míralos a los ojos primero, y deja que ellos te miren también.
 Ese espacio sagrado de experiencias inolvidables con estas pequeñas personitas, son las que por años, la vida me fue regalando... mis ansias por llegar a ellos y de pasadita...enseñarles música por medio de cantos infantiles, medio que me permite con gran facilidad entrenar sus oídos para que escuchen con atención el mundo de sonidos que nos rodea...voces, pájaros cantando, ruidos de la calle, a los animales, sonidos del campo, del mar...etc.
mostrándole a los niños los sonidos de la guitarra
Los niños son curiosos, cualquier sonido que escuchan les llama la atención, los pone en alerta para descubrir y explorar. En ese recorrido de ellos he querido estar presente y guiarlos. La música se aprende mejor en acción y en compañía de otros, por la simple razón de que  ellos aprenden imitando a otros de manera natural. Los padres son los primeros maestros de sus hijos, provocar su curiosidad haciendo simples gestos y sonidos con el cuerpo: chasquidos con los dedos, juegos de sonidos con la boca y muchos otros juegos, son verdaderamente simples y los entretiene al mismo tiempo.
La música se comparte y reúne a la familia, las canciones de cuna para hacerlos dormir son indudablemente, la primera clase. Canciones para cantar en familia cuando salen de paseo, cantos para jugar, cantos para moverse, cantos para rezar. La canción es la base de la educación musical. Cuando era chica, vivimos un tiempo en el campo donde no había luz eléctrica, entonces recuerdo que mi madre nos juntaba cerca del piano y nos enseñaba a mi y a mis hermanos las canciones que ella había aprendido cuando integraba un coro. No sé exactamente cuando comencé a cantar con ellos...porque imitaba a los mayores....fue desde siempre.
los inicios del coro de mi familia Domínguez Benítez (soy la 4ta desde la izquierda)
 Durante 16 años estuve dando cursos de música en colegios y jardines infantiles, profesión que amaba intensamente hasta que, por problemas vocales muy propios de los que se dedican a la enseñanza, me obligan a alejarme y buscar otros caminos laborales. Hoy en día, gracias al llamado telefónico de una mamá entusiasta y amante, tanto de sus hijas, como de la música, me pide que haga un taller de música para ellas y otros niños del barrio. Me veo entonces agradecida y de vuelta a  la iniciación musical...y a los niños. Vuelvo a sentirme inspirada por ellos, y para ellos me instalo en ese lugar encantado de la infancia, me brota una nueva energía que me hace renacer y crear, fluyo con sus fantasías y cuentos y... sale mi voz.
Por segundo año estaré dando un taller de artes integradas para niñ@s:  incluye música, manualidades y cuantacuentos. La idea de ofrecer este curso integrando los lenguajes artísticos, nace de la necesidad de potenciar el aprendizaje; cada una de ellas, (música, artes y literatura) como lenguaje  ofrece formas  y recursos de expresión  propios, que a través de un "tema  común" propuesto para cada sesión, brinda un sinfín de posibilidades que contribuyen a enriquecer la experiencia creativa de cada uno de los niños.

Otra idea puesta en marcha gracias a esta maravillosa conección con estas pequeñas personitas...que me soplan en el oído o en sueños para seguir entrelazados y comunicados desde el alma.
yo con los niños del Taller 2010

sábado, febrero 12, 2011

Fín de función: !Bien hecho!

Elenco de cantantes y bailarines
La función de ópera de cámara "Il filósofo di campagna"  terminó...vienen minutos de aplausos, los artistas saludan varias veces en orden, tal cómo se ensayó...los aplausos siguen y siguen, la gente no se para de su silla y como siguen sentados aplaudiéndo, el encargado de las luces las baja y la sala queda en una semi-penumbra. Pasan otros minutos para que finalmente el público comience a pararse y dejar su asiento para ponerse en camino hacia la salida. Ahí estoy yo, observando sus caras y sus gestos, la mayoría de ellas son personas de la comuna de San Joaquín, probablemente para muchos de ellos era la primera vez que asisten a un espectáculo como este. Los estuve observando durante los tres dias de función; muchas caras de asombro y alegría que llenaron completamente mi propio espacio de asombro y alegría interior. Un  sentimiento de satisfacción profunda me invade. En resumen, sólo dos palabras gratificantes que resuenan después de todo el trabajo y la pasión puesta en acción: !Bien hecho! valió la pena todo el esfuerzo y trabajo realizados.
Bailarines
Abrazos y felicitaciones para todos en el camarín, se respira felicidad y cariño de la gente, los comentarios están llenos de palabras bonitas y bien dichas. Quedan las anécdotas simpáticas como la de la rosa de Jeannette que aparece en el momento justo, y vuelve a desaparecer después de la función..."debe ser un admirador fantasma " le digo.
última escena
Son muchos los "hechos" y acciones que conllevan a este momento emotivo final de un capítulo cuando de ópera se trata. ¿porqué? Porque es música + teatro + escenografía...es un género de artes integradas que contiene un drama que se relata cantando y con los movimientos y gestos expresivos propios del lenguaje de actuación. Me llama la atención todos los atributos y capacidades que se ponen en juego al momento de subir al escenario y cómo este grupo humano que conforman el elenco de cantantes y músicos, se posicionan de su rol con tal pasión, dando vida a una historia de enredos amorosos, aveces burdas como de teleseries que te remontan a otra dimensión: las sonoridades, los paisajes, el lenguaje, personajes envueltos en coloridos trajes y peinados de época te trasladan allá mismo... al pasado.
El filósofo y Lesbina

La escenografía en esta oportunidad se hizo con elementos y recursos tecnológicos ya que de fondo habían 3 pantallas gigantes que  exhiben escenas de la campiña italiana grabadas en vídeo y que van cambiando de acuerdo a un libreto de escenas para cada acto. El montaje, aunque se utiliza una gran cantidad de equipos, ofrece ventajas tanto logísticas y económicas como también de efecto visual al producir un acercamiento real del público a la escena misma. Nubes que van pasando, árboles que se mueven con el viento, pileta de agua que cae...son imágenes vivas en movimiento que estimulan y  atrapan desde el primer momento, elementos visuales que el espectador actual tiene incorporados en su adn.
pantallas proyectan la escenografía
La obra fué escrita por Baldassare Galuppi, italiano, por lo tanto los cantantes la interpretan en su lenguaje original siendo un tema complejo para lo cual ellos ya están ciertamente preparados, entonces para facilitar la comprensión del drama, sobre el escenario colocamos  otra pantalla + pequeña que contiene los subtítulos. Acercar al público a la obra para que la comprenda y así tambien la disfrute, es en realidad el objetivo principal de este montaje.Nos interesa llegar a la gente, ofrecer un espectáculo de excelencia con voces privilegiadas de cantantes chilenos
Rinaldo y Eugenia
  El trabajo previo es inmenso y mi papel de acompañamiento a Sylvia Soublette en este proceso, me permite conocer los detalles desde su origen. Las conversaciones comienzan con "ideas" para  seleccionar la obra a estudiar, mandar a hacer los arreglos musicales, convocar a los cantantes y músicos, conseguir sala de ensayos, coordinar los ensayos que duran aproximadamente 3 meses, convocar al equipo de técnicos en las diferentes áreas: sonido, iluminación y tramoyas, seleccionar los vestuarios, la escenografía, la utileria..etc. El montaje mismo significa ensayos musicales y de escena como también ensayos técnicos que ponen a prueba la escenografía y los recursos tecnológicos que esta requiere.
público del teatro municipal de San Joaquín
 Producir es como sembrar un sueño, es traer al presente una ilusión, una historia de un poco más de una hora de drama con música...terminan siempre con un final felíz, porque así eran antes los cuentos...terminaban con la solución de conflictos que dejaban enseñanzas de vida. Por ahora, el final felíz se aplica también al excelente resultado de esta puesta en escena...tanto el público como los integrantes del equipo productor quedamos contentos por un trabajo profesional !BIEN HECHO!

La ópera de cámara

La preparación del elenco de cantantes para esta ópera duró apróximadamente 3 meses, los ensayos se hicieron en una sala del Instituto Cultural de Providencia. Luego vino el estreno: esta obra nunca se había hecho en Chile, Silvia Soublette la trajo de Italia cuando estuvo con su marido Gabriel Valdés durante el período que fué embajador en ese país. El estreno se realiza en el mes de agosto en la Universidad Andrés Bello.


Son muchas horas de preparación, los ensayos de los cantantes dirigidos por Silvia y Carmen Luisa Letelier, luego vienen los ensayos de escena con la regié Carmen Barros,  luego con la orquesta. Para terminar con los ensayos "a la italiana".

 

Sylvia Soublette  ha sido la pionera en Chile montando óperas de cámara, género que fué bastante poco conocido en nuestro país, pero que en los últimos años, se ha generado desde diversos frentes, un auge en la reproducción de esta ópera , que paulatinamente se ha ido posicionando, creando nuevas audiencias tanto en Santiago como en regiones.

El Teatro Municipal se ha ancargado por años de fomentar "la gran ópera", es decir, la que se realiza en grandes escenarios con gran orquesta y coros, donde los cantantes hacen verdaderas "acrobacias" con su voz moldeada técnicamente para tener un gran volumen. Grandes y prestigiados cantantes del mundo son invitados año a año a participar en el programa de ópera de este espacio considerado para la "elite" por muchas décadas.