jueves, junio 09, 2011

Gracias a la vida


Desde hace unos años comenzé a subir cerros en las cercanías de Santiago con un grupo de amigos que nos llamamos "los subecerros". Hoy, esta actividad se ha convertido para mí en una adicción, es decir, no me pierdo salida. ¿Porqué? Tengo un argumento de peso...el contacto con la naturaleza se me ha hecho absolutamente necesario porque ella misma toda...me enseña a entender la vida, me acoge y me contiene, me hace ver y ver-me como ser vivo y sentirme parte de ella y del todo. 

Flor del cáctus

Esta relación con la pachamama se ha ido estrechando más a medida que pasa el tiempo. La observo al despertar, la escucho...porque ella me habla, me toca, me emociona. Ya somos uno. Esta unicidad me vuelve ínfima parte del "todo" gigantesco; planeta y universo, al mismo tiempo siento que mi existencia es importante y necesaria para la convivencia equilibrada de esta totalidad universal. 

Las miradas curiosas de caballos en el camino

El caminar y subir cerros, pone en movimiento no sólo el cuerpo sino también las ideas y las emociones que aveces nos invaden, en ocasiones el esfuerzo corporal nos coloca en un estado de meditación  que entre respiración y respiración, nos permite también descorrer velos internos y soltar amarras y nudos siendo una magnífica oportunidad para la liberación de estas energías atrapadas por el tiempo, tanto el cerro como el grupo de amigos aplican contensión y se produce el felíz desahogo.

Vista al rio en el sector de la Ermita camino a Farellones


Subir cerros es para mí una forma de meditación en la contemplación; una vez que te pones en movimiento, la mente se conecta al cuerpo, desde allí el caminar exige esfuerzo, entre paso y paso vienen los pensamientos que suelen ser preocupaciones que se observan ahora con todo el cuerpo, con el corazón y todos los demás órganos, llegando a encontrarse  un poco más allá, con una especie de sedazo que deshace nudos y tensiones. A estas alturas ya te sientes más liviano y escuchas al cuerpo que es sabio. Vuelves radiante, lleno de entusiasmo y con muchas energías para comenzar la semana.

Amigos subecerros; Consuelo, Gabriel, Paula, Rebeca y Pancho
Los compañeros de ruta somos los acompañantes todos, pares con orejas para escuchar y voz para interpretar con otras miradas y experiencias que aportan al grupo, durante las paradas se crean conversaciones  significativas porque lo escencial de cada uno está en la superficie y el encuentro con las palabras fluye sin pretextos ni máscaras, generándose las condiciones para la creación de un verdadero espacio humano nutritivo y vital.



 Para complementar esta aproximación a la naturaleza, con miras a mejorar nuestras relaciones humanas y a relacionarnos armoniosamente con la natura, incluyo a este posteo el video en que Humberto Maturana y Ximena Dávila comparten sus reflexiones con respecto a su participación en el movimiento social que creo la carta de la tierra , esta iniciativa incluye pricipios éticos y derechos de la tierra, siendo una  guia para hacer cambios que conduzcan al desarrollo sostenible tanto lo relativo al desarrollo humano como hacia formas de vida.

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