Quien soy

Me declaro una mujer inquieta y eterna exploradora en busca de tesoros que contengan cuentos bien contados; de lenguaje simple y profundo, que transmitan valores y sabios consejos para aprender al buen vivir y  acompañados de mucha expresión de arte: sonidos, palabras, ritmo, color, gestos, movimientos y su buena cuota de humor.

Tengo cuatro hijos hombres a los que quiero mucho y admiro profundamente por sus grandes dotes artísticas y calidad humana. Martín el mayor arquitecto que no sólo diseña casas sino también las reuniones familiares alrededor de una buena mesa, Tomás que se dedica a la música como compositor y es además publicista, Juan Pablo que se ha transformado en un experto en internet y gran dibujante digital 3D, y el menor Manuel, un talentoso músico en potencia que quiere estudiar comunicación audiovisual.

Los sonidos y la música han sido parte de mi vida desde la infancia:los primeros cantos infantiles los entonabamos a varias voces con mis padres y hermanos. Con mi familia formamos el Coro Familia Domínguez Benítez y fué esta experiencia la que recuerdo como un tiempo privilegiado y luminoso que  nos permitió mostrarnos, y a través de la música llegar al corazón  de  miles de personas de otros lugares y culturas.

Melodías y ritmos que aprendí jugando, con el tiempo  dejan una profunda huella en mi camino vocacional y luego profesional de la música. Esta experiencia de aprendizaje significativo del “aprender haciéndo” me inspira y me motiva a enseñar repitiéndo mi vivencia personal, es decir,  desde la acción: tanto como en un coro o un conjunto instrumental, fuí parte de  grupos en donde cada uno tiene un rol importante del cual se hace responsable, pero también eres complemento del trabajo del resto del grupo, los que agregan valor relacionado con el compromiso al  trabajo en equipo y en forma colaborativa, porque de ahí nacen frutos y resultados sólidos, de excelencia...de esos que perduran en el tiempo.

Por años me he dedicado a dar  cursos de música para niños con la convicción de estar entregando a través de ella, un torrentoso canal de expresión y comunicación que fortalece y construye seres más conectados con sus emociones e imaginación  creadora que fortalecen la autoestima, su autonomía y espíritu constructivo. 

Los 80' fueron años de gloriosa pasión y la energía, se concentra en la creación de espectáculos para niños. Fuí una de las fundadoras del grupo de música infantil "Zapallo" y luego "Terrome", tiempos de mucha productividad tanto en presentaciones en vivo como en grabaciones de música para niños.

A partir del nuevo siglo, debido a problemas vocales me bajo de los escenarios para apoyar a grupos de artistas en la organización y producción de eventos musicales principalmente. En paralelo, un nuevo desafío me lleva a la docencia, ahora para estudiantes universitarios UAH a quienes guío en la creación de aprendizajes y ambientes ideales para la enseñanza de la música. 

Paralelamente desde 2008 me reencuentro con la música docta, del género de la ópera de cámara, música que se hacía en el período barroco principalmente, al conectarme con la prestigiada compositora y directora musical chilena Sylvia Soublette. Junto a ella y un connotado grupo de cantantes que preparan todos los años una ópera, me dedico a hacer la producción de estas, contribuyendo a la difusión de historias contadas a la manera antigua.

Actualmente me dedico a  la producción de artistas desde la mirada amplia que unifica territorios del arte con la realidad cotidiana; creo que la cultura enlasada con la educación es vital, donde los artistas aportan generosamente a crear e imaginar otros mundos de los cuales se desprenden ideas para solucionar colaborativamente los problemas medioambientales que nos desafían a hacer cambios y enfrentar positivamente el futuro de nuestro planeta.